Procesión de los Pasos, Volveremos....

Homenaje de este papón a la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León, a todos sus Hermanos, Manolas, Bandas, Montadores, al Abad Fernando Salguero y a su Junta de Seises.

Nadie recuerda cuantos años hace ya...
La Lluvia no podrá con nosotros, Volveremos...
Ya queda menos para el Viernes Santo 2012....

IV CENTENARIO DE LA COFRADIA DEL DULCE NOMBRE DE JESÚS NAZARENO DE LEÓN "El Nazareno en la Catedral "

La Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno celebra este su IV Centenario en el año 2011, partiendo de la Regla aprobada por el obispo Don Francisco Terrones Aguilar del Caño, el 4 de febrero de 1611, por lo que esta fecha es la que se toma como de su fundación por haber adquirido naturaleza legal por la aprobación eclesial.



Meses antes, funda la Compañía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, "con objeto de servir a Dios Nuestro Señor y a honra y gloria del Santísimo Nombre de Jesús Nazareno", su capilla en el Convento de Santo Domingo el Real, de la capital leonesa, adquiriéndola en propiedad en 1615. En los antiguos estatutos se recogía fielmente la compostura e indumentaria que debían llevar los cofrades: absoluto silencio y respeto, túnica negra sencilla y con capillo, es decir, cubiertos durante todo el trayecto de la Procesión. De su contenido podemos deducir que la ya venía existiendo con anterioridad, si bien este es el primer documento oficial y escrito con el que contamos en la actualidad.




La capilla propia sita en el convento de Santo Domingo, hoy desaparecido, sigue las vicisitudes del propio recinto cuyas desgracias se inician el 30 de diciembre de 1808 cuando fue incendiado por las tropas napoleónicas que en tal fecha hicieron su segunda entrada en la ciudad. En 1812, León, libre ya de franceses, era una ciudad en extremo abatida; las cofradías se han extinguido y es el propio Ayuntamiento el que reinicia las celebraciones de la Semana Santa con la procesión del Santo Entierro.



Esos años oscuros para la "Compañía" del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, sin sede, empezaron a clarificarse cuando el 13 de diciembre de 1814 el director de la congregación de los Servitas, José Hidalgo, y el prior de los Dominicos, P. Antonio Domínguez, firmaron un acuerdo para que los miembros de la cofradía, que se reunían en una casa de vecindad, pudieran realizar oficios religiosos en la capilla de la Esclavitud o de Santa Nonia bajo unas determinadas condiciones, y según se puede acreditar en el documento del Archivo Municipal datado en 1822, que señala que aquí tiene su sede.



Mientras parece que la cofradía había recuperado, junto a los dominicos parte de la incendiada sede eclesial del convento de Santo Domingo el cual sufrió la desamortización de Mendizábal acogiéndose el Abad de la Cofradía, Lázaro Montañés, en 1848, a una expedición de la ley desamortizadora para lo cual eleva la correspondiente solicitud acompañando copia de los estatutos vigentes en aquel entonces que eran los de 1611. La autoridad constituida fue favorable a esta excepción y la cofradía volvió a ostentar la propiedad de su antigua capilla en el ya desaparecido convento de Santo Domingo. Inmediatamente pide permisos al Ayuntamiento para vallar y colocar una puerta y después para allí edificar una casa, todo ello hoy con destino desconocido.



En marzo de 1880 todo ello es vendido a las Agustinas Recoletas quienes edificaron su convento tras haber sido expulsadas del suyo, en la calle del Cid.

La cofradía de Jesús Nazareno ya no abandonaría la capilla de Santa Nonia a pesar de que debe recolocar sus imágenes, debiendo llevar la de su titular, Nuestro Padre Jesús Nazareno, a la iglesia del Mercado el 18 de marzo de 1940, donde recibirá culto hasta que el 18 de marzo de 1953 es colocada en la capilla de Santa Nonia, en la que permanece actualmente.



Al llegar el Siglo XX, los estatutos de la cofradía, que habían servido sin corrección alguna durante trescientos años, fueron renovados el 2 de febrero de 1906 y el 16 de agosto de 1927 para llegar a 1947 en que se efectuó la hasta ahora definitiva renovación con especial respeto a la regla fundacional y las costumbres seguidas desde tiempo inmemorial y a la luz del esplendor y prosperidad que la Cofradía había ido adquiriendo y que fueron validados por el entonces Obispo de la Diócesis de León, Don Luis Almarcha Hernández.

La actual denominación de Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno se establece oficialmente en 1906, el emblema en 1927, y la Efigie de Ntro. Padre Jesús Nazareno como titular de la misma en 1947.

El Nazareno en su máximo esplendor y en un escenario único, las incomparables vidrieras iluminan el interior de la Catedral de León

Salida de La Procesión Extraordianaria IV Centenario JHS León.

Salida de la S.I. Catedral de León, de la Procesión extraordinaria del IV Centenario de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno. En esta Procesión, todos los hermanos de la Cofradía tuvieron la oportunidad de "pujar" a su titular por las calles de León. Para ello se organizaron turnos de puja formados por Braceros de otros pasos de la Cofradía, todo un honor llevar sobre los hombros a Nuestro Padre Jesús Nazareno. Otra curiosidad de esta Procesión, es que al ser Extraordinaria y fuera del tiempo de Semana Santa, los hermanos de la Cofradía no cubrieron sus cabezas con el habitual "capillo" si no que lo hicieron descubiertos. En este vídeo podemos observar también el primer cambio de Braceros.

Recogida Procesión Extraordinaria IV Centenario JHS León.

Recogida en su sede de Santa Nonia de la Procesión extraordinaria del IV Centenario de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León. Celebrada el 6 de Febrero de 2011.

Acto de Exaltación del IV Centenario de la Cofradía del Dulce Nombre

Presentación en imágenes del Pasado y Presente de la Cofradía en su IV Centenario.

400 años de Historia




Actuación de la Agrupación Musical del Dulce Nombre de Jesús Nazareno en el Acto de Exaltación del IV Centenario de la Cofradía. León 5 de Febrero de 2011.

La VERÓNICA


« Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro » (Sal 26, 8-9). Verónica –Berenice, según la tradición griega– encarna este anhelo que acomuna a todos los hombres píos del Antiguo Testamento, el anhelo de todos los creyentes de ver el rostro de Dios.
Ella, en principio, en el Vía crucis de Jesús no hace más que prestar un servicio de bondad femenina: ofrece un paño a Jesús.
No se deja contagiar ni por la brutalidad de los soldados, ni inmovilizar por el miedo de los discípulos.
Es la imagen de la mujer buena que, en la turbación y en la oscuridad del corazón, mantiene el brío de la bondad, sin permitir que su corazón se oscurezca. «Bienaventurados los limpios de corazón –había dicho el Señor en el Sermón de la montaña–, porque verán a Dios» (Mt 5, 8).
Inicialmente, Verónica ve solamente un rostro maltratado y marcado por el dolor. Pero el acto de amor imprime en su corazón la verdadera imagen de Jesús: en el rostro humano, lleno de sangre y heridas, ella ve el rostro de Dios y de su bondad, que nos acompaña también en el dolor más profundo.

LA DOLOROSA

La Virgen, como personaje principal unida a la figura de su Hijo por su carácter
de corredentora, será la imagen que, junto con la de Jesús, más se represente en la
iconografía cristiana. Por extensión, María, bajo sus diferentes advocaciones y
representaciones, será una figura indispensable e indisoluble de la Semana Santa en
España. Los pueblos se iluminan cuando María pasea por sus calles, su luz todo lo
invade, el olor de sus flores y de la cera que la acompaña exaltan los sentidos, y su
rostro, doloroso y bello, enamora hasta el llanto a todos cuantos la contemplan. Éste es
el sentir de un pueblo que se postra ante la Reina de los Cielos.



SIETE CUCHILLOS
Los siete cuchillos clavados en su corazón reflejan los siete dolores que debía padecer según las Escrituras. Estos son:
Profecía de Simeón el día de la Presentación en el Templo, Huida a Egipto, Pérdida de
Jesús en el Templo y su encuentro entre los doctores, el Encuentro de Jesús con su
Madre camino del Calvario, la Crucifixión, la Entrega de Cristo muerto en su regazo y,por último, la Sepultura de su Hijo.



DOCE ESTRELLAS
La Dolorosa porta sobre su cabeza una diadema, con nimbo o ráfagas por tratarse de la Reina de los Cielos.
Una corona que, además, cumple con la predicción apocalíptica que dice: “Apareció en el cielo una señal grande, una mujer envuelta en el sol, con la luna bajo sus pies y sobre la cabeza una corona de doce estrellas” (Ap. 12,1), contando también con diversos testimonios como el de santa Matilde, a quien se le apareció la Virgen y le dijo: “El Hijo con su divina sabiduría, me hizo tan resplandeciente que me convertí en refulgente estrella, que ha iluminado cielos y tierras”.
Las estrellas responden simbólicamente a las doce tribus de Israel, a los doce
Apóstoles, así como también a signos astrológicos como son los doce signos del
zodíaco representados en los doce meses del año.






EL PALIO
El palio, es una cubierta a modo de techo generalmente de tela con ricos ornamentos, sostenido sobre varas, estaba concebido para cubrir de manera casi exclusiva a la Eucaristía aunque, con posterioridad, su uso se extendió utilizándose también para cobijar a los pontífices y grandes soberanos en las ceremonias más solemnes.





Con el paso del tiempo, su utilización, de carácter plenamente emblemático y
simbólico, no sólo se limitó a los actos mencionados sino que, por el contrario, comenzó a emplearse en los pasos marianos de mayor prestancia y devoción, dando lugar a lo que conocemos como “paso de palio”.
De esto modo se asimila la figura de María, como mediadora entre el hombre y Dios, con la Sagrada Forma.

IMAGENES 2009

La Procesión de los Pasos en este 2009, ha sido algo distinta, hubo que recortar algo el recorrido, lo que impidio más tiempo para hacer fotgrafías, por lo que este año las fotos son "de estudio" espero que os gusten.

Nuestro Padre Jesús Nazareno

El Prendimiento, "detalles".



La Verónica, preciosa talla.




Detalle de la Coronación y del Expolio restaurado.

NUESTRO PADRE JESUS NAZARENO


Imagen Titular de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno de León.
Sobre su origen, nada cierto se sabe, se trata de una imágen datada entre los años 1610 y 1650, que sufrió un incendio en la guerra de la independencia y cuyos restos fueron trasladados a la capilla de Santa Nonia para la composición de un Paso.
La Cofradía encargó la restauración total del mismo en el año 1946 al ilustre imaginero Victor de los Ríos, quien también talló el Cirineo que lo acompaña cada Viernes Santo en Procesión.


MADRE DOLOROSA



Cierra el cortejo procesional, la imágen de la Dolorosa, tallada por Victor de los Ríos en 1949, con palio de cuero repujado, brocado y policromado, único en España, obra de Melchor Gutierrez San Martín.
Tengo el inmenso honor de contarme entre los privilegiados braceros, encargados de llevar sobre nuestros hombros a la Madre de Dios, en su lento caminar por las calles Leonesas la mañana del Viernes Santo.

ORACION EN EL HUERTO



Abre el cortejo Procesional, este conjunto realizado po Victor de los Ríos en 1952, que representa a Cristo orando al Padre, asumiendo en su gesto la responsabilidad que El le ha otorgado, rodilla en tierra estiende su brazo hacia el olivo, donde se encuentra un ángel que le ofrece el Cáliz de la Amargura.

PRENDIMIENTO


Segundo Paso de la Procesión, que representa la traición de Judas. Este paso se articula en dos planos: En el plano superior se nos muestra a Cristo, con un aspecto sereno mientras que en su mirada se plasma la tensión del pasaje evangélico. A su izquierda, Judas se dispone a consumar la traición, pronunciando el saludo de: “Salve, Maestro” y a continuación estampar un beso en su mejilla. A la derecha de Cristo se halla un Pedro enjuto de carnes y semblante desolado, dispuesto a impedir el prendimiento del Mesías.
En el plano inferior otras tres figuras completan la escena. Dos soldados que escoltan a un sumo sacerdote con las espadas desenvainadas. En el centro de este segundo grupo el referido sacerdote señalando a Cristo e indicando a quien deben apresar.
El paso en obra del escultor leonés Angel Estrada Escanciano, y se estrenó se en 1964

FLAGELACION



La Flagelación, tercer Misterio de la Procesión de los Pasos, es la obra más antigua que posee la Cofradía, atribuida a Gaspar de Becerra. Realizada en el siglo XVI, antes de la fundación de la Cofradía, hace suponer que la Compañía la compró al Convento de los Dominicos, o a algún otro monasterio o parroquia.
Lamentablemente con el incendio del convento antes referido de los Dominicos, antigua sede canónica de la Cofradía, se perdieron los archivos, asi como gran parte del patrimonio, con lo cual es muy dificil averiguar como llego esta joya del renacimiento español a manos de la Cofradía.


Milagrosamente fue una de las pocas imágenes que no pereció en el expolio al cual fue sometido el convento durante la "francesada". Los sayones que acompañan al Cristo del Gallo, nombre con el que también es conocido, son obras modernas, del siglo XX, procedentes de los talleres de imaginería sacra.

CORONACION


La Coronación de Espinas, cuarto Paso de la Procesión, es obra del escultor zamorano Higino Vázquez, en 1977, En este conjunto se nos representa el momento en que Cristo es coronado como Rey, entre la burla y el escarnio de la soldadesca romana que presencia dicho acto.
"le vistieron de púrpura y le ciñeron una corona tejida de espinas, y comenzaron a saludarle: Salve, rey de los judios. Y le herían en la cabeza con una caña y le escupían, e hincando la rodilla, le hacían reverencias"

ECCE HOMO



El Ecce Homo, obra de escuela catalana adquirida para la Cofradía por Juan de Arizaga en 1905, sustituyó a otra escena del "Balcón", como se conoce popularmente a este paso en las calles de León, adquirida a la Venerable Orden Tercera para sustituir asimismo a otra efigie sobre el mismo tema que había procesionado la Cofradía históricamente. En este conjunto se nos muestra a Pilatos presentando al pueblo a su Rey, coronado de espinas y con manto de loco. A este paso se le adicionó en 1955 la figura de un esclavo negro sosteniendo una jofaina y una toalla con las cuales Pilatos se lavaría las manos. Al parecer esta última efigie no tuvo mucha aceptación y fue retirada años después. El trono, es obra del Hermano Melchor Gutiérrez San Martín, de impresionante factura fue concluido en 1998

LA VERONICA


La Verónica, el verdadero icono del rostro de Cristo, como nos ha llegado de la tradIción, la mujer que con gran valentía se acercó al Salvador para enjuagarle su DIvina Faz.
Obra del valenciano Francisco De Pablo en 1926, es una imagen exenta que se asienta sobre un trono de 18 cartolas de rostros humanos ( los doce apóstoles, Cristo muerto, la Virgen, María Magdalena, María Salomé y dos ángeles portando los atributos de la pasión) obra del leonés Melchor Gutiérrez. Tiene un peso de 1150 kg y es pujada por 84 hermanos.

EL EXPOLIO

La Cofradía de Jesús Nazareno en la segunda mitad del siglo XVII incrementó de un modo considerable lo que hoy día denominamos patrimonio artístico. En 1674 se le encomienda a Francisco Díez de Tudanca el paso del Expolio, la imagen del Cirineo y el ahueque de la escultura titular.
El conjunto de cinco figuras quería representar el momento en que Cristo es Despojado de sus vestiduras, antes de ser clavado en la Cruz.Del conjunto orignal de cinco figuras sólo se conserva la imagen de Cristo Nuestro Bien, exenta y con mucha humildad. El sayón que barrenaba la cruz, el que despojaba a Cristo de la vestiduras, y los dos que se jugaban su túnica a los dados desaparecieron en el incendio del Convento de Santo Domingo, antigua sede canónica de la Cofradía.
A este paso también se le conoce popularmente como el torero, debido a que entre sus manos llevaba antiguamente un paño blanco, símbolo de del expolio, y por la posición que adoptaba similaba a un torero citando a un toro.

EXALTACION

Este paso ha sido el último que ha adquirido la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, y representa el momento en que Cristo es Elevado en la Cruz, en presencia de un soldado romano que de ese modo certifica la condena a muerte en la cruz.
Dos sayones tiran de las sogas para izar la Cruz, mientras que un tercero "mete el hombro" para equilibrar el madero de tortura.


Este paso se estrenó en el año 2000, obra del hispalense José Antonio Navarro Arteaga, y es pujado por 96 hermanos. El Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo (municipio muy próximo a la capital) ha donado las seis cartolas de bronce, obra también de Navarro Arteaga.
El peso de este paso es de 1200 kg, y el trono es obra del grupo de montaje de la Cofradía.

CRUCIFIXION


Cristo vivo en la Cruz. Cruz de Esperanza, Cruz de martirio. Agonía en la que aún tendra fuerzas el Redentor para pronunciar siete frases, siete palabras de perdón a sus verdugos, de consuelo a su Madre, de Fe y Esperanza.
La Crucifixión, obra anónima de adquirida por la Cofradía en el año 1908, siendo Abad de la misma el Hno. Mariano Andrés Lescún, presenta a Cristo ya clavado en la Cruz pero aún vivo, dirigiendo una súplica al Padre, a la vez que contemplan la escena María, su Madre, San Juan, el apostol preferido y María Magdalena. Las primeras imágenes que completaban la escena, San Juan y María, fueron adquiridas en 1928, siendo Abad el hno. Enrique Salgado Benavides, siendo las tres actuales obra de Faustino Sanz Arranz en el año 1992, siendo Abad Francisco Ramos-Sabugo.
El trono está realizado en cuero repujado, labrado y policromado por Melchor Gutiérrez San Martín, así como los cuatro evangelistas que situados en las esquinas del mismo.
El conjunto tiene un peso de 1275 kg y lo pujan 90 hermanos.

SANTISIMO CRISTO DE LA AGONIA

El 14 de abril de 1973, a las siete de la tarde, en el Instituto "Juan del Encina", siendo abad Sigfredo Vicente Martínez Olivera, se presentaba el nuevo "paso" de la Cofradía: "Santo Cristo de la Agonía". La talla, realizada totalmente a golpe de gubia, en madera de abedul patinada, creación propia del leonés Laureano Villanueva Gutiérrez, vino a cubrir una carencia acusada, década tras década, en el seno de esta agrupación penitencial.

Hasta entonces, la Cofradía encontraba verdaderas dificultades a la hora de configurar adecuadamente la "Procesión de los Pasos". La ausencia en su patrimonio de una efigie que representara plásticamente los momentos finales del Señor en al cumbre árida del Gólgota, constituía un obstáculo difícil de vencer que, en la mayoría de los casos, se salvaba gracias a la generosidad de la Cofradía de Ntra. Señora de la Angustias y Soledad. Como es sabido, con objeto de paliar esta necesidad, en más de una ocasión hubo de recurrirse a la cofradía hermana, que siempre cedió desinteresadamente su propio Cristo, muerto ya en la cruz, calificado por los expertos en arte como verdadero modelo de anatomía.
Bien es verdad que, durante algunos años, el "Cristo de los Balderas", talla impresionante, maravillosa d Gregorio Fernández, que se venera en la Iglesia Parroquial de San Marcelo, figuró en la Procesión de los Calvario, como se denominaba al cortejo procesional siglos atrás, pero también es importante resaltar que el valioso crucifijo, obra del mismo imaginero, que se puede contemplar en el Monasterio de San Pedro de la Dueñas de Sahagún, así como una réplica del Cristo gótico de los Barrios de Luna, que se custodia en una de las salas del claustro de la Real Basílica Colegiata de San Isidoro, se incorporaron en distintas ocasiones a la procesión de Viernes Santo.
Pero esas soluciones transitorias, además de crear inseguridad e incertidumbre, de todo punto innecesarias, en el ánimo de los braceros del paso, conllevan complejos mecanismos de traslado y devolución al lugar de origen de las distintas imágenes y laboriosas gestiones administrativas, aunque, en todos los casos, se contaba con la aquiescencia y colaboración de los cedentes.
Así las cosas, con objeto de remediar esta acuciante necesidad, la Cofradía acometió la empresa definitivamente. Y encargó a Laureano Villanueva su realización, la cual se llevó a cabo en su taller de Onzonilla. El citado 14 de abril de 1973, D. Luis María de Larrea y Legarreta, entonces obispo de León, bendecía la nueva imagen. La presentación de ésta corrió a cargo de Miguel Martín-Granizo, miembro de la Junta de Seises y ex-abad de la Cofradída, quien justificó la concepción modernista de la talla - que mide 2,15 metros- con sentidas palabras. Por otra parte, el propio imaginero describió a la obra de este modo "Es un Cristo muerto, sin adornos alegóricos, por que yo he querido dar a la muerte de Jesús una actitud serena. Quizá por esta simplificación y este realismo natural de la muerte, la figura es mucho más espiritual".

SAN JUAN


San Juan, el discípulo amado que nunca abandono a Cristo. San Juan, que consuela a la Madre, San Juan al pie de la Cruz al lado del Maestro, San Juan, siempre San Juan...
Lo realizó Victor de los Rios en el año 1946, para sustituir al popular "sanjuanín" de los tirabuzones, que hasta entonces precedía a la Madre en el Viernes de la Cruz. Por esta imagen, Victor de los Rios recibiría el premio nacional de Escultura de ese año.
El trono es obra de Melchor Gutiérrez San Martín, realizado en madera y destaca la composición y disposición en pergaminos, propios del Evangelista
Esta imagen tiene un papel muy destacado en el Encuentro en la mañana del Viernes Santo, donde se "arrollidará" ante la Madre, con la mirada atenta de miles de leoneses que se agolpan en la Plaza Mayor.
Tiene un peso de 1650 kg y es pujado por 90 hermanos. Le precede su bandera con las letras SJ.